martes, 12 de agosto de 2014
05 de agosto - Rey Oswaldo.
05 de agosto - Rey Oswaldo.
Vástago de la familia real de Nortumbria.
Su padre fue el sanguinario e incendiario Eteelfrido que mereció
el apodo de "Devastador"; por ello no es de extrañar
que, una vez muerto, su hijo Oswaldo tuviera que salir
para el destierro aunque solo fuera un niño. Pudo refugiarse
en los escotos del Norte que ya era zona cristianizada
por Columba desde hacía unos años antes de su llegada.
Sólo tenía once años cuando -ya huérfano- encontró refugio en
aquellas latitudes. Notó que allí todos hablaban del monje Columba,
el gran misionero irlandés, y que en bastantes aspectos aquella
gente vivía de un modo diferente al que él había
presenciado desde siempre al lado de las hordas guerreras de
su padre. Quizá esa curiosidad contribuyó a formarse como cristiano;
de hecho, cuenta el principal relator de su vida y
obras, el cronista nortumbrio Beda, que engrosó el número de
los catecúmenos que se formaban en la nueva religión, aumentó
el contacto con la comunidad cristiana llegando a familiarizarse con
ella, se adaptó a su vida y costumbres -cosa nada
fácil- y terminó pidiendo el bautismo. Como llegó a descubrir
que el heroísmo no está reñido con el cristianismo, se
convirtió en evangelizador de Cristo.
Vástago de la familia real de Nortumbria.
Su padre fue el sanguinario e incendiario Eteelfrido que mereció
el apodo de "Devastador"; por ello no es de extrañar
que, una vez muerto, su hijo Oswaldo tuviera que salir
para el destierro aunque solo fuera un niño. Pudo refugiarse
en los escotos del Norte que ya era zona cristianizada
por Columba desde hacía unos años antes de su llegada.
Sólo tenía once años cuando -ya huérfano- encontró refugio en
aquellas latitudes. Notó que allí todos hablaban del monje Columba,
el gran misionero irlandés, y que en bastantes aspectos aquella
gente vivía de un modo diferente al que él había
presenciado desde siempre al lado de las hordas guerreras de
su padre. Quizá esa curiosidad contribuyó a formarse como cristiano;
de hecho, cuenta el principal relator de su vida y
obras, el cronista nortumbrio Beda, que engrosó el número de
los catecúmenos que se formaban en la nueva religión, aumentó
el contacto con la comunidad cristiana llegando a familiarizarse con
ella, se adaptó a su vida y costumbres -cosa nada
fácil- y terminó pidiendo el bautismo. Como llegó a descubrir
que el heroísmo no está reñido con el cristianismo, se
convirtió en evangelizador de Cristo.
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