11 de julio - Santa Olga de Kiev.
Laica.
Martirologio Romano: En Kiev, ciudad de Rusia, (ahoara en
Ucrania), santa Olga, abuela de san Vladimiro, la primera de
la dinastía de los Ruriks que recibió el bautismo y
el nombre de Helena, cuya conversión abrió a todo el
pueblo ruso el camino del cristianismo. († 969)
Fecha de canonización:
Información no disponible, la antigüedad de los documentos y de
las técnicas usadas para archivarlos, la acción del clima, y
en muchas ocasiones del mismo ser humano, han impedido que
tengamos esta concreta información el día de hoy. Si
sabemos que fue canonizado antes de la creación de la
Congregación para la causa de los Santos, y que su
culto fue aprobado por el Obispo de Roma: el Papa.
Patronazgo:
Patrona de conversos y viudas.
Se venera a santa Olga junto con su nieto,
san Vladimiro, como a las primicias del cristianismo
en Rusia. El monje Jacobo, con la grandilocuencia característica del
siglo XI, los llama «nueva Elena y nuevo Constantino, iguales
a los Apóstoles», y hasta la actualidad prevaleció en la
tradición rusa llamar a Olga y a su nieto con
ese título de «Equiapostólicos». Tanto Olga como Vladimiro eran bárbaros
y crueles antes de su conversión. El príncipe Igor, de
Kiev, esposo de la santa, murió asesinado. Para vengarle, Olga
mandó dar muerte a los asesinos en calderos de agua
hirviente y acabó, por medio de la traición, con centenares
de sus partidarios.
Según la tradición popular, Olga fue la
primera persona que recibió el bautismo en Rusia; pero está
probado que eso es falso. Se cree que el bautismo
de santa Olga tuvo lugar en Constantinopla, hacia el año
957. La santa representa, en cierto sentido, el elemento germánico
de la evangelización de Rusia, ya que alrededor del año
959 pidió al emperador Otón I que enviase misioneros «a
la tierra de Kiev»; pero la misión de san Adalberto
de Magdeburgo fracasó: la santa no consiguió que su hijo
Svyatoslav se convirtiese al cristianismo. A instancias de su madre,
el príncipe respondía, no sin razón: «Si me convierto a
una religión extranjera, mis súbditos se reirán de mí», recién
con Vladimiro la religión cristiana hará entrada firme en el
estado ruso.
Santa Olga murió a edad muy avanzada, el año
969. Según el cronista, Olga, después de su conversión, «siguió
a nuestro Señor Dios en todas sus obras bondadosas, iluminándose
con ellas, vistiendo a los desnudos, saciando a los sedientos
y calmando a los peregrinos, a los indigentes, a las
viudas y a los huérfanos, compadeciéndose de todos y entregando
a todos lo que les era necesario, con serenidad y
con amor en su corazón». Su nieto Vladimiro, que tenía
apenas seis años cuando murió su abuela, hizo abrir su
sepulcro y se encontró el cuerpo incorrupto, y lo hizo
trasladar a la iglesia de Desiatina.
Fuente: http://www.es.catholic.net/santoral/articulo.php?id=11226
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