04 de agosto - Beato Federico Janssoone.

Sacerdote misionero de la Primera Orden (1838•1916). Beatificado por Juan Pablo II el 25 de septiembre de 1988.
Federico Janssoone es una personalidad fuera de lo común. Se comprometió a fondo por el evangelio, en la fidelidad al carisma franciscano.
Fue todo de Dios y todo del prójimo, desarrolló su apostolado en tres campos: en su patria, Francia, en la Custodia de Tierra Santa, donde en Belén sobre la cuna de Jesús construyó la Basílica de Santa Catalina, y en Canadá, su segunda patria, donde fue restaurador y difusor de la Orden Franciscana. Ha sido comparado con San Francisco por la austeridad de su vida, su extrema pobreza, su dinamismo apostólico, los prodigios de conversiones de personas a quienes él condujo definitivamente a Cristo, y su asiduidad en la oración, que lo mantenía unido al Señor.
Son numerosas sus realizaciones, proyección de su fe y de su carisma sacerdotal. Entre ellas se destacan el Santuario de la Virgen del Rosario de Cap La Madeleine, convertido en templo de la adoración perpetua de Quebec; los monumentales Via crucis erigidos por él en diversos lugares, la promoción de la Orden Franciscana seglar; la difusión y el incremento de la devoción al S. Corazón de Jesús, a María, a
San José y especialmente a la Eucaristía con la Santa Misa y la adoración eucarística.
Federico Janssoone nació en Ghuvelde, diócesis de Lila, Francia, el 19 de octubre de 1838 hijo de Pedro y de María Isabel Bollenger, de buena situación económica y de sólida fe cristiana. A la edad de 14 años recibió la Primera Comunión, después de una larga preparación. Realizó brillantemente los estudios elementales, de gimnasio y liceo. Sintiéndose llamado al sacerdocio ingresó en el seminario. Después de la muerte de su padre, la familia lo llamó a casa a causa de las dificultades económicas. Por algún tiempo fue vendedor ambulante de telas, de pueblo en pueblo.
En 1861, al quedar también huérfano de madre, a la edad de 26 años, ingresó al noviciado de los Hermanos Menores en Amiens, comprometiéndose a observar el evangelio y la regla franciscana. El 7 de agosto de 1870 fue ordenado sacerdote. Primero fue capellán militar durante la guerra entre Francia y Alemania.
Luego fue enviado a Bordeaux a fundar y dirigir allí un nuevo convento. Después fue trasladado a
París, para atender a la obra de Tierra Santa, cuyos santuarios están encomendados a los franciscanos.
En 1876 fue a la Tierra de Jesús. En Palestina permaneció hasta 1881, con el cargo de Vicario de la Custodia Franciscana. Luego fue enviado al Canadá donde se estableció en Trois•Rivières.
El 4 de agosto de 1916 la hermana muerte vino a recoger su espíritu para llevarlo a la visión radiante de Dios.
Tenía 78 años de edad.
Fuente: http://www.vidasejemplares.org/Beato%20Federico%20Janssoone.pdf
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