30 de julio - Santo Pedro Crisólogo.
Doctor de la Iglesia.
Crisólogo
significa: el que habla muy bien.
Este santo ha sido uno de los oradores más
famosos de la Iglesia Católica. Nació en Imola (Italia) y fue formado
por Cornelio obispo de esa ciudad, por el cual conservó siempre una
gran veneración. Este santo prelado lo convenció de que en el dominio
de las propias pasiones y en el rechazar los malos deseos reside la
verdadera grandeza, y que este es un medio seguro para conseguir las
bendiciones de Dios.
Pedro gozó de la amistad del emperador
Valentiniano y de la madre de este, Plácida, y por recomendación de
ellos los dos, fue nombrado Arzobispo de Ravena (la ciudad donde vivía
el emperador). También gozó de la amistad del Papa San León Magno.
Cuando empezó a ser arzobispo de Ravena, había
en esta ciudad un gran número de paganos. Y trabajó con tanto
entusiasmo por convertirlos, que cuando él murió ya eran poquísimos
los paganos o no creyentes en esta capital.
A la gente le agradaban mucho sus sermones (y por
eso le pusieron el sobrenombre de crisólogo, o sea: el que habla muy
bien). Su modo de hablar era conciso, sencillo y práctico. Sabía
explicar muy claramente las principales verdades de la fe. A ratos se
entusiasmaba tanto mientras predicaba, que la misma emoción le impedía
seguir hablando, y el público se contagiaba de su entusiasmo y
empezaban muchos a llorar. En los dos meses más calurosos del verano
dejaba de predicar y explicaba así jocosamente a sus oyentes el porqué
de esta determinación: "en este tiempo de calores tan bochornosos
no les predico, porque ustedes se apretujan mucho para escucharme y con
estas temperaturas tan altas llegan los ahogos y trastornos, y después
le echan toda la culpa de ello a mis sermones". La gente se
admiraba de que en predicaciones bastante breves, era capaz de resumir
las doctrinas más importantes de la fe. Se conservan de él, 176
sermones, muy bien preparados y cuidadosamente redactados. Por su gran
sabiduría al predicar y escribir, fue nombrado Doctor de la Iglesia,
por el Papa Benedicto XIII.
Recomendaba mucho la comunión frecuente y
exhortaba a sus oyentes a convertir la Sagrada Eucaristía en su
alimento de todas las semanas.
Murió el 30 de julio del año 451.
Quiera nuestro buen Dios concedernos que muchos
predicadores y catequistas de nuestro tiempo merezcan también el
apelativo de Crisólogos: los que hablan muy bien.
Dichosos los que escuchan la palabra de Dios
y la ponen en práctica. (Lc, 8, 21)
Fuente: http://www.ewtn.com/spanish/Saints/Pedro_Cris%C3%B3logo.htm
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