Médico y Sacerdote Agustino.
Nació
en Milán (Italia) hacia el año 1424 de la noble familia de los Torriani
o Della Torre. Después de haber estudiado medicina en la universidad de
Pavía y durante algún tiempo ejercitado su profesión en Milán, vistió
el hábito agustiniano en el convento de San Marcos de esta ciudad, y
poco más tarde recibió la ordenación sacerdotal.
Temiendo que la estima y
admiración de que le iban rodeando pudieran dañar a su espíritu, con el
permiso de los superiores se retiró al convento de San Nicolás de
Foligno, donde tuvo una visión de la Virgen María, de la que era
devotísimo. Desde allí poco más tarde visitó la santa casa de Loreto. De
la ciudad umbra de Spoleto, hacia el 1454, pasó a Roma, y después de
visitar las tumbas de los Apóstoles partió en pía peregrinación a
Santiago de Compostela. Estos desplazamientos contribuyeron a difundir
su fama de santidad, sobre todo por la caridad hacia los enfermos y
achacosos, a cuyo servicio ponía con generosidad su conocimientos
médicos.
Famoso no sólo por los
milagros que obraba sino también por su predicación ardiente y eficaz,
en 1474 fue enviado a L’Aquila para aplacar las discordias que laceraban
la ciudad. Fue precisamente allí donde se manifestaron mayormente sus
virtudes: heroica penitencia, caridad con los apestados, humildad y celo
incansable, oración asidua y observancia rigurosa de la regla.
Durante dieciocho años dirigió
como maestro de espíritu el monasterio de las agustinas de Santa Lucía
de L’Aquila, consiguiendo hacer florecer una ejemplar observancia
regular. Fundó también las “manteladas” o “beatas” de San Agustín, con
sede en la iglesia homónima, siempre en L’Aquila, piadosa y benemérita
asociación que perduraría hasta el 1809.
Disfrutó del don de profecía y
de los éxtasis. Al morir el 24 de julio de 1494, fue sepultado en la
iglesia de S. Agustín, de donde en 1808 pasó a la de Collemaggio, y en
1838 a la de S. Bernardo. Muy pronto gozó de gran veneración, y su
fiesta, celebrada en el aniversario del fallecimiento, contó con misa,
himnos y antífonas propias. Su culto fue confirmado el 1 de julio de
1759 por S.S. Clemente XIII, y en 1770 fue dado como protector a la
nueva provincia agustiniana aquilana.
Desde 1987 el cuerpo del
Beato, venerado junto al de la Beata Cristina, se encuentra en la
iglesia del monasterio de las agustinas de San Amico de L’Aquila.
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