4 de enero - Beata Cristina de Santa Croce (Oringa Menabuoi).
Agustina.
Martirologio Romano: En Santa Cruz de Valdarno, en Etruria, beata
Cristiana (Oringa, Origo) Menabuoi, virgen, que fundó un monasterio bajo
la Regla de san Agustín (1310).
Fecha de beatificación: Su culto
fue confirmado por Pío VI el 15 de junio de
1776.
Oringa Menabuoi, de humilde familia,
nació en Santa Croce sull’Arno (Pistoya, Italia) entre 1237 y
1240. Amante de la pureza ya desde la infancia, trató
de conservar mente y corazón siempre limpios, y darse a
la práctica de pequeñas obras de misericordia. La oración mantenía
a la pastorcita distante del mundo, sobre todo cuando sola
en el campo, mientras cuidaba el ganado, sentía en torno
a sí “el hálito de Dios”. Huérfana de madre aún
niña, fue incomprendida y maltratada por sus hermanos, quienes, llegada
la edad del matrimonio, querían obligarla a casarse. Para terminar
con esta situación no vio otro remedio que el de
abandonar la casa paterna y trasladarse a la vecina ciudad
de Lucca, donde durante siete años se procuró lo necesario
para vivir trabajando como empleada doméstica. Allí, recogida frecuentemente en
oración en la oscura soledad del desván en que habitaba,
cada día más enamorada de Cristo, transcurrieron los mejores momentos
de su juventud.
En torno a 1265, de regreso
de una peregrinación al santuario de San Miguel Arcángel en
el monte Gargano, se quedó en Roma al servicio de
una noble y piadosa viuda de nombre Margarita, quien muy
pronto quedó prendada de sus virtudes y valía espiritual. Fue
precisamente en este período cuando, por los ejemplos de caridad
dados en todo momento, comenzó a ser conocida con el
sobrenombre de Cristiana.
Encontrándose en Asís, adonde había llegado
con Margarita para venerar la tumba del “Poverello”, “el Señor
le mostró en visión una casa edificada en un lugar
y una determinada forma que después ella eligió para construir
el monasterio de Santa Croce”. Vuelta a su tierra de
origen, dispuesta a poner en práctica el ideal de vida
religiosa que había madurado en su corazón, superando obstáculos de
todo tipo, en 1279 obtuvo del ayuntamiento una casa “que
se le concedía para que viviera ella y quienes se
le añadiesen para el servicio del Señor”. Dio así inicio
al monasterio de Santa María y de San Miguel Arcángel,
primero como reclusorio de tipo franciscano, y en un segundo
momento bajo la regla de San Agustín, y en 1296
obtuvo el definitivo reconocimiento canónico. El año precedente el Capítulo
general agustiniano celebrado en Siena ya le había hecho partícipe
de todos los bienes espirituales de la Orden “en consideración
al afecto que las religiosas mostraban hacia ella”.
Favorecida
con dones extraordinarios y carismas, como el discernimiento de espíritus,
e insigne por su humildad, pureza de vida y caridad
con todos, devota de la Inmaculada Concepción de María, en
1310, después de tres años de indecibles sufrimientos, Cristiana se
durmió sonriente en brazos del Señor. Fue sepultada en la
pequeña iglesia del monasterio que ella consiguió convertir en prestigioso
centro de espiritualidad.
Fuente: http://www.es.catholic.net/santoral/articulo.php?id=34535
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