3 de enero - Santa Estefanía Quinzani.
Monja Dominica.
Etimológicamente significa “coronada de luz”. Viene de la
lengua griega.
Todos los padres desean que sus hijos tengan una
formación lo más completa posible. Es casi una ley natural.
Esta
chica se sitúa históricamente en el siglo XVI. Y para
mayor información, uno se puede acercar a la iglesia de
Colomo, al lado de Parma, en donde se conserva el
cuerpo de esta santa.
Esto constituyó un regalo inmenso ofrecido
al archiduque Fernando de Borbón, duque de Parma, en 1784.
No
hacía mucho tiempo que el mismo Papa Benedicto XIV había
aprobado que se podía dar culto a esta santa.
Y como
suele ocurrir a la muerte de un santo – al
menos antes – la gente iba presurosa a buscar reliquias
de ella. Así por ejemplo, su cabeza se puede
ver en Cremona, justo al lado de una iglesia dominica.
Y
hay que tener en cuenta que Estefanía no había nacido
en ninguno de los dos sitios. Ella vino al mundo
en el pueblo de Orzinuovi, en la provincia de Brescia,
Italia.
Su padre era una persona comprometida en serio con
el apostolado que todo creyente desempeña en la Iglesia por
el bien de los demás.
A tal grado llegó su compromiso
que, desde los 15 años pertenecía ya a la tercera
orden dominica.
Su hija le siguió fielmente por los caminos
que marca el Evangelio para aquellos que lo dejan
todo con tal de ganar a Cristo.
No fue una chica
aislada ni tristona. Al contrario, todo el mundo la veía
con ánimos de luchadora, y emprendía obras que, a primera
vista, parecerían absurdas o de locas.
De esta forma, fundó
un convento en Soncino. Todo lo hacía por amor. Quien
ama de verdad se siente feliz, aunque vengan las pruebas
y tribulaciones.
Y a Estefanía le llegaron muy fuertes, pero las
superó con energía y paciencia. En su cuerpo aparecieron los
estigmas de la Pasión de Cristo. Murió el año 1530.
Fuente: http://www.es.catholic.net/santoral/articulo.php?id=15066
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